miércoles, 31 de diciembre de 2008

FELIZ 2009

Con el último día del año, mi última entrada, del año, en el blog. Un entrada flamenca para un año, espero muy flamenco.


SOBRE TODO FELICIDAD





SOBRE TODO MUCHA MUSICA Y MUCHA BELLEZA

lunes, 22 de diciembre de 2008

UN AÑO NUEVO ESTÁ A PUNTO DE NACER

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Pues con un video-postal-musical os felicito estas fiestas. Así de convencional me he vuelto.

Yo estuve a punto de nacer un 24 de diciembre, pero para ese día yo ya contaba con unos veinte días de vida y en la postal del video se puede ver que veinte días más bien llevados. Por eso me llamo Pepe y no Jesús (menos mal que me llamo como el padre y no como el hijo -¡QUE CRUZ!- nunca mejor dicho)

Me voy pa el pueblo, luego pa la capital y luego pa más pueblos y ciudades y así hasta el día en que lleguen los Reyes Magos que tengo que trabajar.



ESTRELLA MORENTE cantando un villancico flamenco.

Y LA MACANITA (SUBLIME) canando otro villancico, que me recuerda como pasabamos las Navidades en mi pueblo



Y LA MAS GRANDE CON EL MAS..........




PAZ-SEXO-SALUD-DINERO-FELICIDAD Y TODO LO QUE OS PROPOGAIS ES LO QUE YO OS DESEO.

sábado, 20 de diciembre de 2008

Los 70, 5ª parte (FIN DE LA PRIMERA TEMPORADA)

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Al entrar en el piso, me quede un poco perplejo, acostumbrado yo al orden estudiantil del piso en el que vivía, todo convencionalismo pueblerino, me encontré con un salón que parecía el taller de una imprenta clandestina.

Sobre una mesa al lado del ventanal, había una multicopista marca Talismán, que si en vez de en el salón la hubiese visto en la cocina, habría pensado que era una máquina de hacer pasta fresca o un tostadora multiusos.


MULTICOPISTA TALISMAN

Las paredes estaban repletas de póster, me quedé fijando en uno en el que aparecía la cara de un barbudo con boina y estrella. A punto estuve de comentar lo chula que me parecía la boina, cuando Julio se adelantó y me dijo “Este póster del Che Guevara me lo traje de Buenos Aires”. “El Che Guevara – pensé yo- ¿y quien es éste?”. Evidentemente me calle porque no quería parecer neófito en la ´ lucha obrera ´.



En el mueble bar, en el lugar donde supuestamente tendría que haber una televisión, se encontraba un tocadiscos philips en el que había un disco de un tal Joan Manuel Serrat. En la mesita del salón estaba la funda del disco, sobre un fondo rojo una foto de un señor, y de bajo, unas espigas de trigos, el título ANTONIO MACHADO, Poeta.



Del apartado destinados a las botellas en el mueble bar, sacó el anís del mono, y de un cajón del mismo mueble bar, en el que había montones de hojas (semanas más tarde aprendí que a esas hojas, se le llamaban octavillas), sacó una caja de mazapán.

“Pongamos música y brindemos por los poetas”, comentó Julio mientras servía el anís. Al momento empezó a sonar “Guitarra del Mesón”. Brindamos por los poetas y empezamos con el anís y el mazapán.

Julio cogió la guitarra, con la que días a tras había estado amenizando al bloque con “A Galopar”, y empezó a cantar a la par que Joan Manuel Serrat.

“Guitarra del mesón de los camino
No fuiste nunca ni serás poeta”

Yo sentado en el sofá rodeado de hojas (octavillas), cintas de casete, y un ejemplar de “La Madre” de Tolstoi , mientras Julio con su guitarra en una silla frente a mi seguía con su :

“Guitarra del mesón que hoy suenas jota
Mañana petenera
Según quien llega y tañe
Las empolvadas cuerdas”

El momento para mi era perfecto, no había nada más, no esperaba nada más, hubiese congelado el instante. Ahora lo escribo y vuelvo a sentir la emoción de aquella escena. No había prisas y si muchas ganas de transmitir sensaciones. Yo disfrutaba mas de cómo cantaba Julio que de la voz de Serrat.

Al término de la estrofa

“Tú eres el alma que dice su armonía
Solitaria las almas pasajeras…
Y siempre que te escuche el caminante
Sueña con aire de su tierra”

Julio dejó la guitarra y se sentó en el sofá conmigo llenando de nuevo las copas, antes había abierto las persianas del ventanal y dijo

“Veremos amanecer desde aquí”

Cuéntame más de ti. Y allí en el sofá, abrazado para combatir el frío que hacia y bajo una manta paduana con el dibujo de un tigre, le conté mil anécdotas de mi paso por los salesianos. No paraba de reír cuando le narre de como un 24 de Mayo y mientras salía María Auxiliadora en procesión, un compañero de los salesianos (interno él y de El Saucejo) y yo tirábamos pétalos de rosas desde la espadaña mientras otros compañeros tiraban cohetes, con la mala suerte que un cohete estallo justo al lado de nosotros, y del susto dejamos caer el barreño de los pétalos que fue a colocarse justo encima de la cabeza de la Virgen.

Del castigo de los curas, de lo bien que nos lo pasamos ese mes de junio en el internado castigado y de otras tantas anécdotas estaba yo hablando debajo de la manta, mientas hacíamos manitas miles.

“¡Pero tu eres todo un revolucionario!”, comentó

“Si tu lo dices” comenté.

Abrimos el sofá, ya que era cama, y allí seguimos dándole al anís del mono y contando mil historias mientras esperábamos que la luz del amanecer entrara por el ventanal.

Mientras nos abrazábamos oíamos a Serrat cantando aquello de Machado:

El olmo centenario en la colina
Que lame el Duero un musgo amarillento
Le mancha la corteza blanquecina
Al tronco carcomido y polvoriento.

Ahora pienso que no hay mejor manera de iniciarse en Machado, desde entonces es mi poeta de cabecera, al que recurro muy frecuentemente.

Julio, ya con bastante anís corriéndole por las venas dijo: “tu eres mi rama verdecía” Evidentemente en esos momentos no pude entender la poética y tuve una respuesta visceral muy poco apropiada para el momento poético, pero que la elegancia de mi compañero de sofá hizo que pasara desapercibida, respondiendo también de forma igualmente visceral. Y en esos momentos de vísceras termino la canción con la estrofa
….
Olmo, quiero anotar en mi cartera
La gracia de tu rama verdecia
Mi corazón espera
También hacia la luz y hacia la vida,
Otro milagro de la primavera.

A UN OLMO SECO (EL DE LA RAMA VERDECÍA)

Machado y el flamenco unido por Calixto Sánchez



Fue la noche en la que amanecí a la vida de los sentidos y la sensibilidad.

sábado, 13 de diciembre de 2008

Los 70 4ª parte (sicodelia rosa)

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YO EN LA NAVIDAD DE 1973 EN EL PAPEL DE SAN JOSÉ (yo y mi manita)



CONTINUA EL RELATO DE LOS 70. Quien entre por primera vez, le recomiendo que léa las anteriores entregas. En el apartado de Vivencias se encuentran las demas.


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En el año 1973 nacen Miguel Poveda, Mariza y Benjamin Bioaly. Con el tiempo se convertirían en grandes artistas de la música: flamenco, fado y pop.

Mientras ellos nacen yo intento renacer al mundo de los sentidos y la sensibilidad y no puedo decir que mi llegada a Sevilla estuviera defraudando mis expectativas; sin tener yo expectativas y si muchas ganas de vivir.

Ahí estaba yo en un autobús con Julio, al que acaba de conocer, camino de mi primera noche global.

Los dos, escasos de medios económicos y con muchos recursos imaginativos desafiamos las leyes de la propiedad privada y las normas de conductas cívicas, y a parte de colarnos en el autobús (todo un desafío al capitalismo como diría Julio), nos pillamos unos bocadillos del SIMAGO (grandes almacenes donde los hubiera con sus uniformes de dependientas inigualables y sus pollos mundialmente conocidos) y nos los comimos en los servicios para no pagarlos, saliendo con los bolsillos de las trencas repletos de chocolatinas para tomárnosla de postres en la Plaza del Duque..

Preguntamos a un chaval, con pinta de ser fan de FORMULA V, que si conocía donde estaba el Quijote (bar de destino). Por supuesto El Quijote le sonaba, pero el de La Mancha, no el de Pastor Y Landero, “el bar no lo conozco pero sí conozco la calle donde está” nos contesto, con lo que con sus indicaciones llegamos a la puerta del referido Bar.

Puerta que no hubiera traspasado sino hubiera sido por el poder de seducción y convicción que tenía Julio, ya que a mí, por mi edad, no me dejaban entrar.

Que si es era mi hermano (no nos parecíamos en nada), que el respondía por mi (¡y como respondió!), que solo era un momento (momentazo), que no vamos a beber alcohol (entre otras cosas porque no teníamos dinero), que era su cumpleaños (cumplía el mes que le daba nombre no en diciembre, que era en el que estábamos y cuando cumplía yo, ya 15 años), que si esto, que si aquello, que terminamos en la barra con dos cervezas invitadas por el fan de FORMULA V que nos había seguido y que disponía de más caudales que nosotros.

A las cervezas, siguieron más cervezas y un gin tonic a media que le saco Julio a un compañero de carrera que se había encontrado y que yo conocía ya, porque era uno de los que estaban en el bar de los Hermanos Antonio en Reina Mercedes hablando de arreglar el futuro de PCE y al que había tirado el café encima en el momento de las presentaciones, el del poncho multicolor y pelo a los Garfunkel.

Las cervezas y el gin tonic a medias, estaban empezando a dar sus frutos en forma de relajo de conductas y expresiones de afectos varias tipo roses de manos como el que no quiere la cosa y sonrisas de complicidad.

Y de pronto se hizo la sicodelia setentera en forma de Pink Floyd con The Dark Side of the Moon. Aquella música, así oída, sin iniciación ninguna y sin aditivo canutero (ese año sencillamente ni se conocía el porro), resultaba un poco difícil de digerir, un poco mareante e inquietante. Yo puse la cara a cuadritos, pero a Julio le entro una especie de mareo que a punto estuvo de caerse redondo sino hubiese sido porque el bar estaba tan a tope que era imposible caerse al suelo.

Menos mal que el diyoki, ahora conocido como DJ, no tenía mucho criterio musical (¿criterio musical? En fin esa es otra historia también inquietante), y a continuación comenzó a sonar el todavía negro Michael Jackson con Music And Me, para a continuación sonar ABBA con Ring Ring y los Bee Gees con Life in a Tin Can (creo que el diyoki tenía mucho criterio musical, era un diyoki ecléctico). Para el momentazo Bee Gees, ya estábamos repuesto de la impresión del Fluido Rosa y nos marcamos unos pasos de bailes en plan Tony Manero, que la verdad que nos vino grande, bueno a mi la verdad no tanto, yo lo defendí mejor, pero Julio cargado de prejuicios de clases le costaba más desenvolverse con la música disco.

“¡Los que no iban a beber y solo era un momento!” nos grito de pronto el portero en plan inspector de policía. “¡Este (por mi) no tiene edad para estar aquí y no quiero buscarme un lío!” siguió el seudo inspector, “Bueno camarada (a Julio le salio de nuevo la vena subversiva) que no te queremos meter en ningún lío, que tu eres un currante más”.

El portero poniendo cara de gorila lo miró de forma amenazante mientras ABBA seguía con su Ring Ring. Nos despedimos del fan de FORMULA V, del de los pelos a lo Garfunkel y poncho multicolor y hasta del portero y nos salimos a la Avda. de la Constitución, sin adornos navideños por lo del atentado de Carrero Blanco, por aquellos entonces de José Antonio Primo de Rivera (Memoria histórica YA y además combativa…reivindico) y nos pusimos a caminar camino de la Calle Monzón.

Llegamos sobre las 5 de la mañana con los pies destrozados, la cabeza en ebullición y el “espíritu” animado.

“Yo no tengo ganas de dormir” dije en la puerta del ascensor mientras esperábamos que bajase, “Sino queremos dormir, no durmamos” continuo Julio, “en mi casa tengo una botella de Anís del Mono y una caja de mazapanes, así que a mi casa, que mis compañeros están en sus pueblos y queda mucho hasta el amanecer”.

Mientras el ascensor ascendía, mi sangre y la de Julio ascendía a la vez, resultado de un beso (mi primer beso global) que duro el tiempo de ascender dos pisos y cinco minutos más de gracia que nos concedimos hasta salir en busca del Anís del Mono, los Mazapanes y sobre todo, en búsqueda del amanecer global.

FOTO DE SIMAGO (Primeros Grandes Almacenes en el que practique mi cleptomanía juvenil)




RING RING (ABBA)



Michael Jackson con Music And Me



Y como siempre en estos relatos, un homenaje a un grupo del momento FORMULA V, que gracias a un super fan de ellos, nos pudimos beber muchas cervezas esa noche de El Quijote.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

Relato de una fantasía

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(SOMBRAS)

Apaguemos todas las luces. Construyamos la escena para esta noche, para este momento irrepetible. Encendamos alguna vela por algún rincón que proyecte las sombras de nuestros cuerpos sobre la pared. Dejémoslas estar y contemplemos como conversan (las sombras), como hay gestos furtivos de afecto y atracción. Dejémosla que inicien el baile y que susurren alguna frase que denote intimidad y cercanía.

La música suena, es imprescindible la compañía de una buena canción, para que la escena se desarrolle conforme al guión por escribir. Hay unas copas sobre la mesa, y una botella de buen vino, imprescindible para el momento que se describe. Las figuras que se dibujan en la pared se acercan despacio con tímidos movimientos de iniciación hacia la mesa, no hay prisa, poco a poco un brazo descompone la figura perfecta que forma en ese momento las sombras proyectadas sobre la pared y coge la botella sirviendo las copas. Brindan, beben y siguen bailando al ritmo de la música que suena, mientras saborean el buen vino que acentúa la sensación de abandono de un cuerpo junto al otro mientras bailan.

La canción no tiene fin, se encadena una y otra vez. Se repite para no romper la magia. La misma melodía una y otra vez. A los cuerpos, que la luz de la vela refleja en la pared, se les ven felices. Están de confidencias, una de las sombras, susurra algo a la otra, debe ser muy sugerente porque las copas son abandonadas y hay un fundido de sombras que se cuidan de ser evidentes. Se ve sintonía, sincronización de movimientos; una mano acaricia el torso del que su brazo abraza (las sombras se estremecen), el gesto es correspondido con un beso en la nuca. Las sombras lo delatan todo. Nada es explícito pero todo es elocuente.

Hay dialogo, más bien susurros. Hay interacción….

La música no deja de sonar. A través de la ventana abierta la luna se deja ver con surcos a su alrededor que hablan de lluvias. Mañana o quizás un poco más tarde la lluvia comience a caer. ¡Cuantos testigos de esta intimidad!: El vino, La Luna y La Lluvia.

Se pierden de la pared las figuras y es cuando la luz refleja en otra pared, un trozo de suelo hidráulico que hace las veces de mosaico, a dos cuerpos que se han apoyado sobre la ventana, uno al lado del otro entrelazado por los hombros, y los perfiles del rostro delatan que se están hablando mientras se miran. Una mano (temblorosa por las fluctuaciones de la luz de la vela) acaricia la parte lumbar de la otra sombra y se funden en un beso prolongado que habla de deseos, de ternura, de confidencialidad, de entendimiento, de afectos y sensualidad.

Al parecer no hay prisas por llegar a ningún lugar. Las sombras son reflejadas ahora sobre la cristalera lateral cerrada, dos sombras que quieren perpetuar el momento, sellar un pacto de reciprocidad, aunque sea momentáneo, firmar un acuerdo de continuidad, aunque no sea renovable.

Las luces de la ciudad se van apagando poco a poco, la noche transcurre sin prisas. El ruido de la calle, que llega a través de la ventana entreabierta, también se va apagando. Una ligera brisa se convierte en una invitada más. Ya somos multitud: El Vino, La Luna, La Lluvia, La brisa y nosotros como anfitriones de esta velada improvisada que parece no haber ganas de terminar.

No hay prisa para nada, son momentos de eternidad.

Nota: Todos los personajes del relato, incluidas las sombras, son ficticios, cualquier parecido con la realidad es pura casualidad.

lunes, 8 de diciembre de 2008

INSPIRACIÓN

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De pronto descubre una canción, una música que aunque no entiendas la letra, te comunica algo, te transmite una sensación agradable .

Eso me ha pasado a mi esta mañana con una canción de CALEXICO ( “Two Silver Trees”). Un grupo estadounidense originario de Tucson (Arizona). Según la Wikipedia, este grupo, se caracteriza por incorporar en su sonido una ecléctica variedad de música, destacando el folk del suroeste de Estados Unidos y del norte de México combinando con rock independiente.

Este grupo lo descubrí hace ya unos años y me sedujo la elegancia de sus componentes, especialmente la de su batería, John Convertino, que desde entonces es para mi, un icono de la elegancia.

Su último disco, CARRIED TO DUST, me acaba de llegar esta mañana de mano del amigo que me lo descubrió, y me he quedado toda la mañana bajo la magia de su música.

El disco se abre con ‘Victor Jara’s hands’, un optimista homenaje, al asesinado director teatral y cantante chileno, donde escuchamos a Jairo Zavala , cantando en castellano. Y me ha parecido interesante el descubrimiento, ya que en mi última entrada hablaba de Victor Jara, y me alegra que este grupo le dedique un tema en su último disco.

Y está la segunda canción del álbun “Two Silver Trees”, en cuyo video aparece el genial batería John Convertino.



Todo el disco está lleno de temas estupendos para oírlos y dejarse estar tranquilo y pasar este último día de puente bajo el embrujo de la música de CALEXICO.

Y el tema “Inspiración” (toda una declaración de principios) es para poder bailarlo con el mismisimo John Convertino (¡que fantasía!), que tiene elegante hasta las ojeras.


(John Convertino)

A mi no me duele que ya no estés aquí, a mi lo que me duele es no haber podido bailar en su momento esta canción (Inspiración) contigo. (Historias de los 70, de los 80, de los 90 y de los 2000).

"Ya es muy tarde para decirte que estoy cambiado" dice la letra de la canción. En cuanto a mi no es que esté cambiado, es que lo que ha ocurrido es que simplemente, estoy mejorado.

Y lo que me duele no es que ya no estes aqui, es que todavía no ha llegado el que lo sepa apreciar y bailar.


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Y de tanto oír “Inspiración”, me he decido a reactualizar la entrada de hoy con algunas reflexiones.

CALEXICO es un grupo de fronteras, de música mestiza ¡Como me gustan a mi las fronteras y los mestizo¡ las fronteras para cruzarlas, lo mestizo para mezclarme. Y sobre todo como me gustan las zonas fronterizas que lindan con lo imposible. Esa zona de nadie y de todos, donde todo está de paso, hasta los sentimientos más oscuros. Ese espacio vital hecho a base de deseos y esperanzas, de trueque , de supervivencia. Ese terreno donde lo pobre es canalla y lo rico una visión ridícula del otro lado. Donde el hoy es el todo lo que se tiene, tanto que hace que lo vital sea autentico, donde todo se acentúa y se vive doblemente y puedo decir, afortunadamente para mi, que conozco algún que otro sitio fronterizo.

No tengo espíritu para la aventura, lo que no significa que no sepa lo que me gusta. Tanto se lo que me atrae, que en algunas ocasiones si he arriesgado en búsqueda de ese momento mágico que te da la inmesión en lo desconocido y esa adrenalina que recorre el cuerpo y te hace sentir a tope. Y aunque crea que me falta espíritu, a veces si que he arriesgado y me he adentrado y andado por algún que otro lugar fronterizo de los que he disfrutado mucho.

Nunca me gusto la tibieza, otra cosa es que no me quede otra. Pero lo tibio no. Me gusta lo caliente, lo que hierve, lo que bulle. El latido de la supervivencia, de los se hacen fuerte a base de luchar y a partir de eso construyen su felicidad, la autentica, la que no conoce de medianería postiza.

No me gusta la tibieza del mundo del bienestar, aunque mi mediocridad hace que en el viva bien; pero si me das a elegir, para compartir una cerveza, entre quien ha salio de lo más profundo y se situó en el mundo por derecho, o el que proviene de la bonanza y buscas emociones fuertes a bases de creerse exclusivo, evidentemente me quedo con el primero.

Será que se termina el puente.

viernes, 5 de diciembre de 2008

Los 70 3ª Parte (Sigo contando)

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Yo, en el verano del 73 en los Baños del Carmen en la misma Málaga. Lo de los Baños del Carmen constituye un historia en si misma.




Personajes de la Historia:

JULIO: Estudiante de Matemáticas, Hijo de Militar de alta graduación, agregado en la embajada de España en Buenos Aires durante los años 1970 a 1973.

YO: Estudiante de un curso fantasma inventado por el sistema educativo del momento, que no sabían que hacer con el experimento de enseñanza que se habían sacado de la manga y que me había tocado experimentar, y me mandaron a Sevilla a hacer un curso que se llamaba “Enseñanzas Complementarias”, así como suena, ni más ni menos; no se trataba de un cursos sobre complementos de trajes de flamencas, ni de bolsos y cinturones, no, era un curso en el que se aprendía un poco de todo y un poco de nada. Hijo de panadero de mediana graduación y currante del horno de leña tradicional.

Julio, acababa de aterrizar en Sevilla después de tres años en Argentina. Su padre había sido trasladado a Chile. Debido a que el último año bonaerense se había juntado con lo más granado de la “subversión” porteña (pionera en intelectualizar la lucha de clases) entro en crisis con su padre, con el mundo a que pertenecía y con los reglamentos militares; y dado que durante sus años en Argentina había conocido el ideario marxista, decidió que ya estaba bien de ser niño de papa militar y se curro una independencia que le costó, a parte de su enfrentamiento familiar, el tener que currar de camarero en el CEU durante el curso y de recolector de uvas durante la vendimia, ya que Beca no conseguía por aquello que su padre era acaudalado.

Mi padre que no era acaudalado, tampoco me sirvió a mi para conseguir beca, y no por nota, que las tenía y muy buenas, sino porque mi familia no era muy convencional para la época, una especie de avanzadilla de lo que es la sociedad de hoy en día (modernidad impuesta por necesidad). Estaba compuesta por mi abuela (me educó en lo laico a base de patadas a vírgenes y cristos y no porque fuera iconoclasta, pero eso es otra historia), una prima hermana que hacia las veces de hermana (me quito el privilegio de ser el benjamín de la familia) , una tía que hacia las veces de madre( ella un poco iconoclasta si que es), y una hermana( que me enseñó el secreto de la filantropía) que trabajaba y aunque tenía un sueldo de mierda, computaba para la renta familiar. Pero los que no computaban eran mi abuela, mi tía y mi prima hermana, por lo que para el Ministerio de Educación con lo que ganaba mi padre y mi hermana, teníamos para los tres, y para mantenerme a mi en Sevilla, los demás; aunque comían, vestían y dormían bajo el mismo techo y paraguas económico, sencillamente no existían.

Julio y yo teníamos ya algo en común; no teníamos becas porque la renta familiar superaba la media exigida para obtenerla… ironías de la vida.

Dado que durante su estancia argentina se había leído a Cortazar, Borges y a Ernesto Sabato, quería estudiar literatura y ser escritor, pero en rebeldía con el padre, no quiso defraudar a su madre, por la que sentía adoración, y se matriculo en Matemáticas. Quería terminar tercero para poder empezar a currar dando clases (por aquellos entonces se podía) y a partir de ahí dedicarse a la literatura.

Dado que durante mis últimos años en lo salesianos de Morón, había conocido obra y milagro de San Juan Bosco, María Auxiliadora y Santo Domingo el Sabio (el de antes morir que pecar) y además había sido cobaya de ese experimento educativo, yo no tenía ni idea de lo que quería ser.

De todo esto hablamos de forma apasionada durante la merienda, tan apasionada fue la conversación, quitándonos la palabra de la boca en ocasiones, que la película (El Acorazado Potenkim) había comenzado y no nos habíamos enterado, cuando nos dimos cuenta, ya había pasado media hora, por lo que decidimos que la película podía esperar para la sesión del domingo y que ahora nos iríamos a tomar algo por el centro a un bar del que le habían hablado a Julio, que estaba por Pastor y Landero y que se llamaba El Quijote (todo un antro para el momento).

Me dijo: “Pepe, estamos tan bien hablando de nosotros, que ahora meternos una sesión de barco sería un atentado contra la felicidad, así que vámonos a un boliche (termino argentino que describe una tipología de bar) del que me han contado que es muy underground.

Yo le dije (sin saber todavía lo que era underground): “Pues si hablamos de felicidad, seamos felices, yo tengo muchas ganas”.

Nos levantamos de la mesa con los cola cao ya tomados y de pronto, estábamos dándonos un abrazo en medio de la cafetería de Matemáticas, cuando nos desabrazamos, nos sonreímos y nos fuimos a pillar el autobús para el Centro.

La noche empezaba y prometía ser larga.

Fue el año en que Victor Jara, el de "Te Recuerdo Amanda” es asesinado tras el golpe de estado de Pinochet en Chile, y Camilo Sesto triunfaba con el hit “Algo más”, y la noche en la que por primera vez oi, en el referido “Quijote”, a David Bowie , cantando Aladdin Sane, y a Lou Reed con su Walk on the wild Side

La música como contestación social, como contestación emocional y de rebeldía.


El video no es muy bueno, pero ya podemos ver que en modernidad, hay muy pocas cosas nuevas bajo el sol.



Este tiene mejor sonido, y el piano es total.



Y el maravilloso LOU REED, con su andandado por el lado oscuro, y ese final de saxo que más que andar....habla.




A partir de ese momento mi comedisco empezó a tragar y a digerir otros tipos de música.


Pero no quiero terminar sin hacerle un homenaje a nuestro Camilo, a ese gran FREKEE, por aquel entoces SUPERSTAR



Yo quise tener esa chaquetilla de plastico que lleva en el video, es más, aún hoy daría mucho por tenerla.

miércoles, 3 de diciembre de 2008

GRACIAS A LA VIDA

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Como podría agradecer tanto?, ¡IMPOSIBLE! Tanto andado, tanto aprendido, tanto vivido, tanto por conocer, por andar, por aprender, por vivir.

Hoy puedo agradecer a “la vida que me ha dado tanto, me dio dos luceros que cuando los abro, perfecto distingo lo negro del blanco”

En el camino, muchos son los que se han caído del cartel, otros han llegado y de todos algo he aprendido, todos me han aportado cosas y sobre de todo aprendí a mirar y ver “del alto cielo su fondo estrellado”.

Tengo el gran defecto de, un día como el de hoy, hacer balance, no espero al 31 de diciembre, para mi, mi año nuevo es hoy, en el que entre otras cosas "distingo entre las multitudes al hombre que yo amo”.

Como no agradecer “el oído que en todo su ancho graba, noche y día, grillos y canarios,martillos, turbinas, ladridos, chubascos y la voz tan tierna de mi bienamado”.

Tengo el defecto, en un día como el de hoy, de acordarme de todos aquellos que son importante y además, los nombraría, los pregonaría, pero no lo hago por no exponerlos…. a ellos. Me expongo yo y manifiesto que todos son importantes, y además los nombro para mí, así en la intimidad. Los cuento, y los vuelvo a contar, a nombrar. Y está este, aquel, aquella, la otra y además también está el otro; está aquel que paso sin hacer ruido y aquel que hizo mucho ruido al pasar, y también está el último en llegar.,

Y la vida, también me dio “el sonido y el abecedario. Con él, las palabras que pienso y declaro: "madre", "amigo", "hermano", y "luz", alumbrando la ruta del alma del que estoy amando”. El abecedario es suficiente para definir, se forman las palabras precisas para construir la oración principal, aquella que habla de mi y mis amigos, aquella que dice que mis amigos lo son todos. Y aunque a veces no nos entendamos y nos pongamos furiosos, siempre están las palabras para que en el momento necesario todo vuelva a surgir como siempre.

Y todos vamos, mis amigos y yo, tras la vida “marchando con los pies cansados, con ellos andamos ciudades y charcos, playas y desiertos, montañas y llanos… ” y no hay ciudades ni charcos, ni playas ni desiertos, ni montañas ni llanos que no nos atrevamos andar ni a pisar. ( Y la casa tuya, tu calle y tu patio)

Me gustan mis amigos. Ese puzzle multicolor, multidisciplinar. Ese caledeoscopio que forman todas las figuras posibles que quiero contemplar, que quiero tener, que quiero conservar, porque es el mejor regalo que yo recibo tal día como el de hoy.

Por todo ello “Gracias a la Vida que me dio el corazón, que agita su marco cuando miro el fruto del cerebro humano, cuando miro al bueno tan lejos del malo, cuando miro el fondo te tus ojos claros”

A TODOS VOSOTROS y a VIOLETA PARRA POR SU CANCIÓN